Mi mañana se desliza suavecita y parecería un día normal si, en mi caso, no tuviera todas las preocupaciones que tengo. Confío, de todas maneras, que todo deberá solucionarse a breve plazo y pueda volver a sonreir. Tengo mucha nostalgia, no sé de qué pero la tengo, y mi vejez no se ve muy linda. Desayuné como todos los días y tengo que salir a hacer algunos trámites. Trabajé en algunos escritos (trabajo hecho hace tiempo pero inconcluso) y espero utilizarlos pronto. No ha llovido y tal vez a la tarde, o a la noche, ocurra el agua. La tercera y cuarta regiones de mi país están en estado de emergencia y parece que allí la furia de la naturaleza se dejó sentir con más fuerza. Hay gentes que necesitan ayuda y el Estado ha desplegado todos sus esfuerzos en eso. Estamos en tiempo de elecciones y los políticos hablan de proyectos y más proyectos que, muy pocas veces, se ven concretados porque los que hablan de eso tienen muy mala memoria. Estoy un poco aburrido y me molestan las orejas largas.
Eso