Ayer logré
comunicarme por teléfono con el César. Se le había caído un diente y estaba
esperando que lo atendiera el dentista. Me dijo que apenas lo atendiera iba a
venir para terminar el trabajo… (¿?). Le creí, de modo que lo esperé. Vino,
sacó un maletín lleno de destornilladores que se mueven solos, taladro,
soldadura, sacó el citófono viejo, puso uno más nuevo, hizo un agujero en la
pared, instaló una luz súper moderna (la atornilló con un aparato que se mueve
solo) la probamos, me cobró y se fue. Me sucede que quedé estupefacto, es un
caballero, me cobró y se fue… Eran las diez de la noche… (Anoto que el modelo
de citófono que instaló tiene varios volúmenes y uno de ellos es alto, de modo que
pusimos ese y no necesito la luz)…
Eso…