ÚLTIMO DÍA DEL AÑO. Escribo en mi blog y aprovecho de subir algunas entradas viejas. No he recibido correo de mi hija y eso me preocupa porque siempre hay uno para reír, ver y y leer. Espero que nos abracemos por este medio y entonces me sucede que espero.
La vida me sucede y me siento bien. Descubro que desde hace algún tiempo, cuando mi cuenta en el Banco tiene números azules, me siento contento. Antes no era así porque nunca me interesó el dinero, trabajé una vida utilizando el sistema de trueque de modo que jamás me angustié, realmente, por las carencias materiales. Sin embargo ahora que estoy viejo me digo que la vida sería muy diferente si me hubiera ocupado de mi futuro. Me gustaría, por ejemplo, comprar una casa (mi esposa es mucho más joven que yo, de modo que no me gustaría dejarla sin un techo para vivir, por lo menos) y este ejemplo termina por empañar, de algún modo, lo lindo de estar vivo.
He vivido muchos años, he aprendido muchas cosas (las estoy olvidando) y espero el próximo día de salir a trabajar y entonces sentirme bien para hacer un trabajo bonito.
Hoy me acostaré en otro año y habrá empezado de nuevo esta historia que me ha llevado por tantos lugares y que me ha dejado en tantos corazones.
Recibe mi ABRAZO y mi gratitud.
Viejo jubilado, un poco enfermo, nostálgico, quiere contarte cosas... Como mi blog desapareció, sin yo quererlo, empiezo de nuevo, de modo que copiaré, con número, las páginas antiguas para los que recién me encuentren o quieran revivir lo leído. Entre ellas, sin número, vas a encontrar las páginas nuevas.
jueves, 31 de diciembre de 2015
022.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que a veces los aeropuertos me
producen une suerte de felicidad que no es fácil de explicar. He llegado a
sentirme tan cómodo en la sala de embarque que puedo pasar horas esperando una
combinación de avión o, simplemente, esperando embarcar en un vuelo ordinario
rumbo hacia alguna parte donde ya he estado o donde voy a estar por primera
vez. Entonces me sucede que me paseo por los interminables pasillos, subo y
bajo por las escaleras mecánicas, me meto a las librerías y miro libros. Me
sucede, entonces, que recuerdo cuando decidí comprar un libro cada vez que pisara
un aeropuerto y así armé mi biblioteca que ya está formada así es que ahora no
compro y sólo miro y huelo libros nuevos y me gusta hacer eso. Entonces me
sucede que me doy cuenta que ya no es mi tiempo de Rodoviarios de buses o
estaciones de tren y que viajo en avión más veces que en ningún otro medio. Me
sucede entonces que me doy cuenta que el tiempo pasó y que “los de entonces ya
no somos los mismos”.
021.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que veces me encuentro
detenido en el tiempo y en los lugares más increíbles que uno pueda imaginarse.
Entonces me sucede que me pregunto: ¿Qué estoy haciendo aquí? y como mi
pregunta no tiene una respuesta que me deje satisfecho me limito a vivir el
paso de las horas cantando una vieja canción que habla de la infancia y de los
años lindos. Me sucede entonces que me pregunto: ¿Fueron tan lindos esos años?
y mi respuesta es afirmativa sin duda alguna. Entonces me sucede que aunque no
lo hayan sido, al haber atesorado sólo los momentos gratos, resulta que sí
fueron lindos porque los otros momentos no están en mi recuerdo. Me sucede,
entonces, que entiendo aquello de los mecanismos humanos pero en este caso no
me importa lo mecánico que sea mi acto de recordar y me sumerjo en él como si
fuera un pedazo de río donde uno no puede meterse, ahora, porque sus aguas
están demasiado contaminadas por el hombre, ese, que vivió un tiempo tan lindo
como el mío alguna vez y que a lo mejor lo recuerda como hago yo, hoy.
020.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que a veces me sorprendo queriendo
irme por el mundo en busca de lo que tengo aquí y que no veo. Me pasa lo mismo
que a todos, que no somos capaces de ver más allá de nuestra nariz donde está
lo que queremos ver. Entonces me sucede que no quiero ser como todos y trato de
alargarme la nariz pero no lo logro. Me sucede, entonces, que me parezco a mi
vecino y descubro que cada año que pasa me estoy pareciendo más a mi padre que
nunca vio más allá de su nariz pero que murió feliz porque en su agonía vio a
una de mis hijas, que tiene un enorme parecido con mi madre fallecida, y creyó
que el gran amor de su vida lo venía a buscar. Por eso se fue con una sonrisa
envidiable, asunto que lo hace pasar a formar parte de la selecta cofradía de
los cadáveres más felices de la historia. Entonces me sucede que yo no quiero
ser cadáver, ni siquiera feliz.
019.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que a veces
estoy sentado a la orilla de un río escuchando a la naturaleza y me sobrecoge
la cantidad inmensa de sonidos que hay en lo que parece el gran silencio. Me
sucede, entonces, que experimento aquello de lo que tanto escucho y leo. La paz
no es otra cosa que quedarse callado escuchando lo que los árboles, o el río,
tienen que decir. Entonces me sucede que soy feliz unos minutos y quiero que mi
mujer esté conmigo para disfrutar, juntos, este momento mágico. Me sucede,
entonces, que comprendo aquello de que “hombre y mujer unidos” son un todo que
puede experimentar la magia, indescriptible, de estos momentos que Dios puso a
nuestro alcance y que jamás vemos, como no sea en una tarde como esta cuando
sólo está la mitad del equipo.
018.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que a veces tengo ganas de que
lluevan elefantes para parecerme al Tito Matamala, de Concepción (él ve llover
elefantes y otras cosas) al que tú no conoces pero que es peinador de ácaros
como yo, aparte de ser periodista, profesor universitario, escritor, soldador
al arco, etc. Me sucede, entonces, que miro el cielo a ver si se nubla con cara
de elefantes pero no pasa nada y no hay ni siquiera una nube. Entonces termino
conformándome con algún esbozo de neblina aunque sea sólo de canguros. Me
sucede que a veces tengo ganas de que lluevan elefantes para parecerme al Tito
Matamala, de Concepción pero, por lo menos hoy, no llueven.
miércoles, 30 de diciembre de 2015
PENÚLTIMO DÍA
Ya se hizo de noche. Mi señora llegó del súper-mercado y trajo todo lo que se necesita para la cena de Año Nuevo. A mí me invade la misma tristeza de siempre y veo a la vieja soledad adueñándose de mi alma. Siempre ha sido así y creo que se debe a que va a empezar un nuevo año y me quedaron muchas cosas por hacer. Podría hacer un inventario de esas cosas pero no serviría de nada porque ya no las hice. Entonces decido trasladarlas al año que comienza y me digo: "Este año sí las hago" y algo me canta en mi cabeza que siempre, en estas circunstancias, digo lo mismo y cuando se acaba el año nada he hecho. Ya pasé los setenta, hace un tiempo, y creo que ya tengo edad suficiente para darme cuenta de esto que te digo, creo que por primera vez. El Pollo me llama y me pregunta si me atrevo a hacer un trabajo que trata de viajes, donde uno es muy sacrificado, y yo le digo que lo tome. El mes de Enero viene muy bien y eso me gusta, entonces tengo que cuidar mi salud y comienzo comiéndome una manzana.
ME SUCEDE QUE...
Me sucede que... he vivido muchas veces este penúltimo día del año y me nace una idea que es la de vivirlo muchas veces más hasta que me aburra y me quiera ir. Eso todavía no me sucede pero ya parece que me estoy acercando al tiempo ese (no me refiero a irme sino al tiempo de aburrirme). Entonces me sucede que me doy cuenta que la juventud se fue y que por más que me lo digan no es verdad que se lleva en el alma. Está en el cerebro y ya me estoy olvidando de muchas cosas y muy rápidamente, asunto que debo aceptar como natural pero que no me gusta que pase. Alguien me habló de la "memoria corta"... mal... de modo que se me olvidó escribir poemas y tampoco tomo la guitarra que fue mi compañera tantos años. Apareció la computación, el IPhone, y en eso estoy, hablándote de cosas que a lo mejor se parecen a las que estás viviendo tú y que te pueden servir para que entiendas que no te pasa nada raro y que nos pasa a todos, alguna vez.
Alguien dijo que era la antesala del final pero no le creo.
Alguien dijo que era la antesala del final pero no le creo.
017.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que a veces escucho música vieja y
trato de no irme hacia el pasado pero la nostalgia me la gana y termino
escuchando mi vieja radio, en mi viejo pueblo, hablando con los viejos amigos y
esperando a que alguien me sacara de allí para incorporarme al mundo que
esperaba, ansioso, por mi presencia. Me sucede, entonces, que recuerdo la
tremenda desilusión que me llevé cuando descubrí que el mundo existía pero que
no tenía ningún interés en mi persona. Entonces me sucede que me da mucha risa
y miro, desde mis más de sesenta años, aquel tiempo cuando sonaban estas mismas
canciones que hablaban de lo mismo que hablan las canciones de hoy, sólo que la
gente no es la misma pero de eso tampoco estoy muy seguro porque pueden ser
encarnaciones de los mismos espíritus de antes, asunto que debe ser así y por
eso cometen los mismos errores y hacen las mismas tonterías que yo conozco
desde hace tanto y de las que fui un tremendo protagonista.
016.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que a veces creo en los demás y no hago distinciones y eso no
está bien. Entonces me sucede que recuerdo que, una vez, el Maestro dijo “haz
el bien pero mira bien a quien” y que a mi se me había olvidado. Me sucede,
entonces, que no se si estará bien haber recordado eso y si habré hecho la
diferencia entre aquellos a los que he hecho bien. Y entonces me sucede que no
se si les hice bien o todo lo contrario. Hoy me sucede que quiero ir a la plaza
y no puedo sacarme la idea de la cabeza pero me sucede que no voy y me quedo
sentado sin saber por qué no sopla el viento en este pueblo. Entonces me sucede
que no se si valdrá la pena saber por qué no sopla y me sucede, entonces, que
estoy peor que antes cuando no sabía nada acerca del viento. Me sucede que a
veces la tarde se estira y se estira y yo me doy cuenta de que se está
estirando y me sucede que descubro que antes no me daba cuenta y que ahora que
me doy cuenta eso descubro que no me sirve de nada.
015.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que a veces me siento un poco enfermo y me parece que no voy a
vivir mucho más y eso no me gusta. Entonces me sucede que descubro que quiero
quedarme vivo para siempre y como eso no puede ser me invento que sí puede ser
y me preparo para la eternidad, aquí en la tierra, junto a mi gente y a mi
destino de escribidor de cosas. Me sucede, también, que a veces descubro un
nuevo abecedario que existe detrás de la palabra, donde las cosas se dicen de
una manera, se leen de otra y se interpretan de manera diferente. Entonces me
sucede que el sol me tortura y hace mucho calor y me siento enfermo y no sé qué
contarte. A veces me sucede, como hoy, que quiero ir a sentarme en un banco de
la plaza y soñar que tengo cuarenta y cinco años menos y un mañana luminoso y
mío. Entonces me sucede que descubro que, alguna vez, una mano criminal me
quitó la vida y ni siquiera me di cuenta de ello y todavía creo que estoy vivo.
Por eso es que me sucede que, a veces, me pellizco un brazo y me duele y me
digo “si te duele es que estás vivo” pero no estoy seguro de eso porque no
tengo a quien preguntarle y me quedo con mi idea, tonta, de que la verdad es
que estoy vivo y escribo en mi cuaderno, que ya se acerca a las cuarenta y tres
mil páginas. Entonces me sucede que no sé qué es lo que voy a hacer después de
eso.
014.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que a veces tengo que viajar demasiado para encontrarme con los pueblos que
existen en los cuentos y en los poemas que leo emocionado cuando estoy solo y
tranquilo. Me sucede, entonces, que descubro, otra vez, que nadie inventa nada
y que todo no es más que el relato de aquello que está, en algún lugar,
esperando salir de allí aunque sea en un escrito o en algún comentario de
turista, despistado, que llegó al lugar que no debía porque en estos pueblos,
aparte de la plaza, nada hay para ver como no sea a la niña que mira detrás de
las cortinas a los viajeros que llegan, con la esperanza de que alguno la saque
de allí y la lleve hasta el mundo que sólo ha visto en las pantallas de su
televisor. Me sucede, entonces, que quisiera tener el poder de llevármela
conmigo hasta el mundo que ella cree bello y único. Entonces me sucede que me
doy cuenta que todavía sigo siendo un poco inocente y que creo que, algún día,
algo va a pasar y va a cambiar la vida de esta gente que no hace otra cosa que esperar.
Me sucede, entonces, que quiero ser el protagonista del cuento que alguien va a
escribir o parte del comentario que alguien va a hacer cuando regrese a su
mundo y cuente de este pueblo que existe, en alguna parte, y donde vive gente
que espera y espera a que algo pase y le ponga a su vida un poco de novedad.
013.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que a veces me entretengo mirando a los niños. Los veo jugar,
decidir, planificar y olvidarse y abandonar todo eso, en un segundo, para
empezar otra cosa con el mismo entusiasmo con que estaban haciendo aquello que
no terminaron y que no sólo no les importa sino que ni siquiera lo recuerdan.
¿Cómo lo hacen? Entonces me sucede que comprendo que metieron en su cabeza una
idea y luego la sacaron simplemente para meter otra. No la dejaron allí para
sumarla a la idea nueva sino que desocuparon su mente y la ocuparon de nuevo
con esos nuevos planes. Entonces me sucede que descubro que tengo mi cabeza
llena de asuntos inútiles que nunca realicé y que nunca voy a realizar. ¿Por
qué los tengo guardados en mi cabeza? ¿Para qué los guardé si nunca los voy a
realizar? Entonces me sucede que descubro que tengo que hacerle, a mi cabeza,
una limpieza general porque ya casi no me caben nuevas cosas. Entonces me
sucede que descubro que no sé como se hace eso.
martes, 29 de diciembre de 2015
012.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que a veces me da por pensar y como sé que el pensamiento no
me va a conducir a parte alguna me siento tonto y comenzando, otra vez, con el
aprendizaje básico de la vida. Entonces me sucede que pienso en la demás gente
y me pregunto si también estarán haciendo lo mismo o si sólo se limitan a abrir
los ojos en la mañana y a seguir el libreto que otro escribió para ellos. No
quiero ser el actor de tan mala obra ni recitar mis líneas como autómata.
Quiero Ser y para eso tengo que entender que no soy lo que veo en el espejo ni
el que entra a la oficina saludando a todos y esperando que el jefe no esté de
mal humor y que el trabajo difícil se lo hayan dado a los otros y a mí me hayan
dejado lo más fácil. Entonces me sucede que descubro que no quiero destacar en
el trabajo y que solo quiero que llegue, luego, la hora de salir para volver a
ser ninguna cosa. Entonces me sucede que no me gusta mi nadidad porque no he
comprendido que darme cuenta de eso es un tesoro porque así tengo la
posibilidad de empezar. Entonces me sucede que quiero ser un pensador y
descubrir los mecanismos humanos y corregir mi automatismo y Ser. Yo sé que la
idea es dejar de pensar y entonces me sucede que actúo contra mí en vez de
hacerlo a favor.
011.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que a veces escucho a alguien decir
exageradamente alguna cosa, agregándole detalles que el asunto original no
tenía. Entonces me sucede que quiero intervenir porque la cosa va a tomar un
rumbo inadecuado ya que se va a basar en algo que no es y me sorprendo
preguntándome si debo o no intervenir. Si no intervengo aquello tiene muchas
posibilidades de convertirse en un fracaso y si intervengo nunca sabré qué va a
pasar e incluso corro el riesgo de fracasar también y entonces tendré que
hacerme cargo de la responsabilidad de dicho resultado. No tengo ninguna
alternativa de explicar que el asunto iba a fracasar igual porque no estaba
planificado y termino quedándome callado y cargando con la responsabilidad de
haberlo podido hacer posible, con éxito, si hubiera hablado. Entonces me sucede
que me sorprendo recordando una vieja frase que dice: “Si lo que vas a decir no
es mejor que el silencio, no lo digas”. Pero nunca sé si lo que voy a decir es
mejor o más malo que el silencio. Entonces me sucede que comprendo que no sé
discernir y que es en ese punto de mis carencias donde debo trabajar. Me sucede
que a veces me pongo exigente conmigo y me obligo a ser mejor y eso no está
bien porque todo aquello que es obligado jamás se realiza o jamás llega a buen
término. Entonces me sucede que me doy cuenta que me estoy metiendo en un lío y
que no sé cómo salir de él.
010.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que a veces tomo decisiones que nos son las mejores y, aunque
no me arrepiento de haberlas tomado porque de los errores se aprende, trabajo
arduamente con mi voluntad para corregir el rumbo haciéndome cargo de mis
equivocaciones. Esto se nota poco porque es un trabajo interno que no influye
en la opinión de aquellos que me rodean porque no lo ven y, para ser más
exactos, ni siquiera sospechan lo que está ocurriendo. Entonces me sucede que
sigo apareciendo como el tipo que no toma las decisiones correctas. Después,
cuando se ha enmendado el rumbo y corregido los errores ya nadie se acuerda de
cómo empezó todo así es que no le dan mérito al tremendo trabajo de voluntad
que hubo que hacer para que todo marchara bien. Parece ser que cuando no hay
roces o situaciones peligrosas, de riesgo o conflictivas, nadie le da trabajo a
la cabeza y todos se dedican a gozar de los beneficios o utilidades que tal o cual decisión generó.
Entonces me sucede que quiero hacer las cosas bien desde el comienzo, pero si
así ocurriera me perdería la maravillosa posibilidad de aprender.
009.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que a veces estoy demasiado tiempo lejos de mi casa, de mis
discos, de mis libros, de mi quehacer cotidiano y eso me entristece. Pero la
hora del regreso siempre llega y entonces me contento y veo el día lindo y a la
gente cariñosa, amable y muy distinta. Me sucede, entonces, que espero la hora
del regreso con un suspiro grande que me llena el corazón de una alegría
inexplicable. Yo sé que pertenezco a todas partes pero mi centro está en algún
lugar y allí quiero volver de vez en cuando. Entonces me sucede que te llamo y
no te encuentro y me duele la vida un rato, breve, porque entiendo que no vas a
estarme esperando eternamente. Me sucede que a veces, cuando ando mucho tiempo
rodando tierras que parece no fueran las mías, me desoriento y se me pierde el
norte y no sé, entonces, si debo ir al sur o hacia otro lado pero ni siquiera
sé donde es el sur o el otro lado. Entonces me sucede que escribo en mi viejo
libro y descubro, otra vez, que vivo allí, en sus páginas amarillas llenas de
versos y de palabras que escribí alguna vez porque sucede que apenas las
escribo pasan a formar parte de un pasado que deja de existir apenas doy vuelta
la hoja. Entonces me sucede que descubro que todo sucede en el presente y que
el pasado es un sueño que ya no sirve porque hemos despertado al hoy y hoy es
cuando están ocurriendo las cosas. Me sucede, entonces, que quiero volver a
dormir para seguir soñando pero no puedo hacerlo porque hay que seguir el
viaje.
008.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que
a veces estoy leyendo a los grandes pensadores y filósofos de la historia y
descubro que han dicho muy poco. Tal vez porque no han descubierto más o porque
se han guardado las verdades trascendentales y nos mantienen convertidos en
corderos productores de lana y de carne para la mesa de alguien que sí sabe.
Entonces me sucede que me descubro suponiendo y, como sé que no se debe
suponer, no estoy satisfecho de mí. Recién veo, en la catedral de la capital de
mi país, al niño Jesús con una estrella invertida en el pecho y me sucede que
no entiendo eso porque hasta donde yo sé ese es un pentáculo utilizado por las
sectas satánicas. Entonces me sucede que vuelvo a suponer y no me gusta mi
mecanicidad. Quisiera ser más libre y poder lograr el vacío necesario, en mi
mente, para distinguir una cosa de la otra y no ver al mundo como un
amasijo de asuntos que no tienen sentido. Entonces me quiero quedar dormido y
no despertar pero, al mismo tiempo, quiero despertar y no volver a quedarme
dormido. Ahí es cuando me sucede que descubro cosas y sigo durmiendo, tal vez
para no hacerme responsable de mis descubrimientos. Se está acabando el año,
entonces me sucede que he envejecido otro poco y que mañana me pasará lo mismo.
007.- ME SUCEDE QUE A VECES (Sábado 24 de Diciembre de 2005)
Me sucede que
a veces, cuando llega este día de esperar la Noche Buena, me pongo un poco
triste porque inevitablemente recuerdo a los que ya no están y que significaron
tanto en mi vida. Mientras más años uno va teniendo más gentes ya no están y
hay más que echar de menos. Me sucede, entonces, que no puedo evitar ponerme
triste y no tengo más remedio que echar mano a mis recuerdos de infancia para
que la Navidad tenga color bonito. Me sucede, entonces, que me alegro y quiero
que todos compartan esta alegría mía que se me sale por todas partes. Me sucede
que, entonces, de tanto estar alegre vuelvo a ponerme triste porque no alcanzo
a regalarles a todos lo que todos quieren. Entonces me sucede que escribo en
este sitio y espero que todos lean mis mejores deseos de felicidad, no sólo en
esta Navidad sino toda la vida. No es fácil ser feliz pero entonces me sucede
que, a veces, lo soy.
Feliz Navidad
para casi todos porque hay uno al que, por más esfuerzos que he hecho, me acuso
de no haberlo podido perdonar.
006.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que a veces estoy muy contento y, aunque el día esté nublado y
parezca que va a llover, pienso que tengo que salir a rodar otro montón de
kilómetros en busca de un destino que no conozco. Me sucede, entonces, que mi
yo aventurero se contenta y canto mientras me doy la ducha matinal y preparo mi
equipaje. Entonces me sucede que me gustaría compartir esta alegría con mucha
gente y me sucede que lo puedo hacer a la hora de subir al escenario a contar
mis viejos cuentos, que a veces son en versos y a veces no. Me sucede que a
veces mi soledad se va y me siento acompañado por el cielo, el viento, la
lluvia, los pájaros y el camino que ya es parte de mí mismo. Me sucede que a
veces no sé si el camino está allá afuera o si está dentro de mí como parte de
un destino viajero que, al parecer, yo elegí hace más de cuarenta años pero sé
que no es cierto y que no elegí nada. Me sucede, entonces, que entiendo que
todo venía escrito y cuando nací nacieron, también, todos mis caminos.
lunes, 28 de diciembre de 2015
LUNES2
Ya van a ser las seis da la tarde y llegará mi estudiante de esta hora. Hace muchos años que le hago clases y ha aprendido harto. En este tiempo tiene mucho trabajo pero ha aprendido a hacerlo aprovechando su juventud y sus ganas de vivir. No sé quien ha aprendido más, si ella con sus ganas de saber o yo con mis ganas de ser. En todo caso esta es nuestra última reunión de este año y la próxima será iniciando el 2016 cuando las cosas se hayan mejorado. Pronto sonará el citófono, le abriré y comenzará su clase.
LUNES1... (DÍA DE LOS INOCENTES)
Me levanto a la hora del desayuno y tomo mis medicamentos, hago mis ejercicios, veo la cuenta del banco, mi correo y me dispongo a vivir mi día. Se está acabando el año y comenzará el 2016 que dicen no estará muy bueno de modo que hay que prepararse para vivir con "lo que traiga la marea" que espero sea lo suficiente.
Vivo en un país chico, lleno de problemas naturales cuando uno quiere crecer. Hay una derecha política que no tiene corazón y que piensa sólo en los más adinerados. Entonces se me ocurre que lo que están haciendo los partidos de izquierda no está bien porque se han dividido en un montón de partidos chicos que no van a tener fuerzas si no se unen. Alguien dijo, alguna vez, "todo reino dividido perecerá" pero en la izquierda parece que no le hacen mucho caso a Jesús.
Vivo en un país chico, lleno de problemas naturales cuando uno quiere crecer. Hay una derecha política que no tiene corazón y que piensa sólo en los más adinerados. Entonces se me ocurre que lo que están haciendo los partidos de izquierda no está bien porque se han dividido en un montón de partidos chicos que no van a tener fuerzas si no se unen. Alguien dijo, alguna vez, "todo reino dividido perecerá" pero en la izquierda parece que no le hacen mucho caso a Jesús.
domingo, 27 de diciembre de 2015
LA PAULITA DE PARÍS
Amigos: Tengo a la Paulita en mi casa. Vino de París y pasó a verme. Me tocó el cello y me hizo llorar. La Paulita es una de mis nietas, tiene 17 años y es muy hermosa.Yo la quiero mucho y no sé por qué, tal vez debe ser porque cuando su mamá la quedó esperando vino a hablar conmigo y parece que tenía miedo de que yo me enojara. Me dijo que estaba esperando un hijo y yo le dije ¡Qué rico, voy a tener otro nieto! Hoy es una niña muy simpática y se parece, en la forma de pensar, a mí de modo que lo paso muy bien cuando la veo y conversamos de esas cosas que ocurren en el corazón. Lamentablemente sus visitas son muy cortas pero alcanzamos a hablar de música, de poesía y le conté algunas cosas de su abuela. La quiero mucho pero de mis nietos te voy a contar alguna vez. Gracias hija por este regalo de fin de año, me hizo muy bien.
PIENSO
La tarde de fomingo se arrastra lentamente y calienta los techos de las casas y las cabezas de los paseantes y las de los miles de muchachos que se amontonan en la Estación Mapocho para inscribirse en la educación gratuita que debuta en el país. Tengo mucho silencio en el alma. Recién leí un correo de mi hija que vive en Miami y me hizo muy bien. Me gusta ser el papá de esa hija, también me gusta ser el papá de la que vive en París y sigue teniendo guaguas francesas, de la que vive aquí, de la otra que no engendré pero que es igual, etc. También me gusta ser el papá de mis hijos, de los que engendré y los otros. Pensándolo bien este fomingo, sin darme cuenta, se transformó en un domingo de verano donde la gente baila en las piletas de agua y canta en los cerros y en el parque.
005.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que a veces quiero conversar de cosas que tengo en el corazón
pero no encuentro interlocutor. Ruedo por la carretera, a ciento cuarenta
kilómetros por hora, y me sucede que me parece que al final del viaje no voy a
encontrar a nadie. Entonces me pregunto para qué corro tanto y si vale la pena
ir hacia donde voy. A veces llueve, como hoy, y la lluvia golpea el parabrisas
y trata de meterme miedo. Pero yo no tengo miedo de la lluvia. Al contrario, me
sucede que me gusta mucho y a veces me quedo parado, debajo, sintiendo como me
moja y como me hace sentir más limpio. Me sucede que a veces estoy escribiendo
en mi cuaderno y descubro que hace más de cuarenta años que escribo allí. Me
pregunto si estará bien continuar haciéndolo y entonces me sucede que no tengo
respuesta para eso. Me sucede que a veces quiero conversar de cosas que tengo
en el corazón pero no encuentro interlocutor. Entonces me sucede que me siento
solo y no lo estoy porque hay mucha gente, siempre, a mi alrededor.
004.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que
a veces es muy tarde y tengo mucho sueño (como hoy) pero quiero hacer muchas
cosas porque no sé hasta cuando voy a tener la capacidad de hacerlas. Entonces
me sucede que me niego a irme a la cama y me quedo escribiendo en un libro,
leyendo en un libro, tecleando en mi viejo computador o cantando, despacito,
para no molestar a los durmientes de la casa que se reducen a una, que tiene
que ir al colegio, porque mi señora se acuesta después que yo. (A veces nos
encontramos acostándonos juntos y eso resulta muy rico). Entonces me sucede que
me pongo muy feliz y me vuelvo a levantar y vuelvo a meterme entre mis
viejos cuadernos y mis discos que ya casi no suenan. Tengo mi casa llena de
trofeos, obtenidos en muchos eventos y en muchos lugares, pero cuando
los miro entonces me sucede que me doy cuenta que la cosa ya pasó y que hace
tiempo que no recibo nada. La vedad es que me sucede que a veces me pongo
nostálgico de otros tiempos y la vida canta como en un viejo bolero de
"Los Panchos" que dice: "Tiempo que pasas tan aprisa, por qué te
llevas así mi corazón..." Entonces me sucede que descubro una lágrima en
alguno de mis ojos y me la seco con un dedo y me sale otra. Entonces me sucede
que dejo de escribir...
DOMINGO CALUROSO
Hoy es un domingo con mucho calor. Los estudiantes se aglomeran en la Estación Mapocho para intentar matricularse en una Universidad que sea gratuita. Comienza, entonces, la gratuidad de las carreras universitarias y de los Institutos Técnico Profesionales. Los puntajes nacionales de la prueba de selección (850 puntos) bajaron casi a la mitad y el Instituto Nacional sólo sacó seis de ellos. Resulta interesante ver a padres económicamente vulnerables matriculando a sus hijos con lágrimas en los ojos. El camino a la gratuidad de la educación comenzó y no se detendrá hasta que todo el mundo pueda optar a ella. Me gusta que pase eso porque los profesionales se van a multiplicar y, de ese modo, el país comenzará a crecer. Yo pagué muy caras las universidades de algunos de mis hijos y yo estudié sin pagar porque me acogí al beneficio Valech para los presos políticos. Este domingo el país se mueve, ahí en la Estación Mapocho, que se llenó de juventud ansiosa y un poco despistada buscando cómo encontrar un buen camino para ser mañana un gran profesional.
Me gusta lo que pasa y el gobierno subirá algunos puntos y la presidenta creo que también.
Hoy es un domingo con mucho calor y almorcé un plato de porotos con riendas y una taza de consomé.
Mi azúcar anda bien.
Me gusta lo que pasa y el gobierno subirá algunos puntos y la presidenta creo que también.
Hoy es un domingo con mucho calor y almorcé un plato de porotos con riendas y una taza de consomé.
Mi azúcar anda bien.
003.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que
a veces siento que la vida se me está acabando y que he dejado tantas cosas por
hacer, y entonces me sucede que quiero hacer aquello que me falta y siento
que no me queda tiempo. Me parece que he vivido muchos años y que es muy poco
lo que he hecho que vale la pena. Entonces me sucede que me viene una pena y
muchas veces se me cae una lágrima y descubro que no soy feliz. Entonces me
sucede pensar que ni siquiera he servido para la felicidad de otros. Pienso en
el día de hoy, con su carga de emociones y compromisos, y me sucede que descubro
que me falta un verdadero compromiso conmigo y contigo. Tal vez me sucede
que pienso demasiadas cosas y por eso me enredo y mi vida se convierte en una
madeja que hay, precisamente, que desenredar. ¿Cómo se hace eso? Entonces me
sucede que me pierdo y no entiendo por qué anoto cosas en este cuaderno para
después dejarlas por ahí y nunca más vivirlas. Entonces me sucede que las sigo
viviendo y quedo peor que antes de comenzar a contarte que a veces me sucede
que parece que pronto ya no voy a estar y no quiero que eso me suceda.
NO SE QUE PASÓ...
No sé qué fue lo que paso pero no puedo escribir en mi blog "viejo zorro1" y en este tampoco. Google no me contesta de modo que no me quedó más remedio que comenzar uno nuevo donde pretendo copiar todas las entradas viejas para que tengas el blog completo. Ardua tarea pero me la voy a dar por si eres nuevo entrando o si quieres revisar alguna cosa. A lo mejor no pongo imágenes pero van a estar los textos. Tal vez no permita comentarios porque me escasea el tiempo y me han reclamado porque no contesto pero los quiero igual.
¡FELIZ NAVIDAD!
¡FELIZ NAVIDAD!
002.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que
a veces estoy muy contento, como hoy, y me gustaría compartir este estado con
mucha gente pero no sé como hacerlo. Me observo, en este eterno espiarme a mí
mismo, y sigo descubriendo cosas que me hacen sentir que cada día soy "de
nuevo". Entonces me sucede que quiero empezar algo y tengo tantas ideas
que se me atropellan y las veo luchar por ser la protagonista de un nuevo
cuento. Empecé a escribir un nuevo libro que se llamará "La isla de los
muertos", que no tiene nada de macabro y me sucede que quiero pasar mucho
tiempo en eso y terminarlo después de muchos años. Me sucede, entonces, que
estoy haciendo cosas y eso debe ser lo que me tiene contento. Hoy es domingo y
me sucede que en las tardes de los domingos me voy a caminar, por ahí, a buscar
el verso que casi siempre encuentro y me sucede que me quedo pegado en los
libreros de viejo y leo mucho y compro poco porque me sucede que casi todo lo
que quiero comprar lo tengo en mi biblioteca. Allá afuera hay mucho sol
(todavía no he salido de casa) y espero caminar por la calle sin gente acompañado
de una ilusión que me mantiene vivo y entonces me sucede que tomo mi cuaderno
de notas y se me escapa un verso que con melodía puede llegar a tu casa
convertido en una canción.
viernes, 25 de diciembre de 2015
001.- ME SUCEDE QUE A VECES
Me sucede que
a veces me canso de tanta tontería en el hombre. Mi país enfrenta elecciones
presidenciales, Perú también enfrenta un periodo eleccionario y ya estamos, de
nuevo, con el problema limítrofe, esta vez con la cosa de las millas marinas
que le corresponden a cada país, en la frontera. Todos sabemos que estos
asuntos siempre aparecen cuando hay elecciones o cuando los países están
pasando por alguna de sus comunes crisis. Los gobernantes de Argentina nos
dieron un tremendo ejemplo de la estupidez a la que me refiero, cuando se
tomaron las Islas Malvinas y provocaron una guerra donde sólo perdió el pueblo
modesto que entregó a sus hijos al sacrificio, para acomodo de unos pocos, como
siempre. No creo que el pueblo peruano quiera una guerra con nadie y nosotros
tampoco la queremos. Entonces ¿por qué no dejan de hablar en tono
agresivo y se ponen de acuerdo, de una vez por todas, de qué es de quién? Mis
nietos están asustados y hay mucha gente que cree que va a haber una guerra.
¿Para qué crean este clima? Resulta, entonces, que me sucede que me canso de
leer y escuchar estas noticias que no dejan de inquietarme. ¿De qué nos sirven
la tecnología y los tremendos avances de la ciencia si no somos capaces de
vivir en armonía? Hace muy poco estuve en el Perú y recibí puro cariño. ¿Cómo
les voy a retribuir todo eso con una bofetada?
EL COMIENZO
Comenzar algo nunca ha sido fácil, sobre todo cuando no tenemos idea de lo que vamos a tratar, sin embargo algo vendrá en mi ayuda y en estas Navidades lo tomaré como un regalo. Estoy solo y como dijo Villegas (yo me entiendo) estoy con una suerte de arresto domiciliario hasta que me llegue algún trabajo, asunto nada fácil pero siempre posible. Cuando uno llega a viejo las cosas que no tenían ninguna complicación comienzan a complicarse y lo que alguna vez se pudo hacer fácilmente ahora ya no es tan fácil. En fin había que comenzar de alguna manera y ya empecé. Saludo a mis hijas que viven en el extranjero y les deseo a ellas y a sus familias, maridos, parejas, hijos etc., una feliz Navidad, que creo es lo que se hace en esta fecha...
AVISO
Aviso que llegué a este blog. Tenía uno pero desapareció de modo que empezaré de nuevo.
Saludos
Saludos
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