Hoy es un domingo con mucho calor. Los estudiantes se aglomeran en la Estación Mapocho para intentar matricularse en una Universidad que sea gratuita. Comienza, entonces, la gratuidad de las carreras universitarias y de los Institutos Técnico Profesionales. Los puntajes nacionales de la prueba de selección (850 puntos) bajaron casi a la mitad y el Instituto Nacional sólo sacó seis de ellos. Resulta interesante ver a padres económicamente vulnerables matriculando a sus hijos con lágrimas en los ojos. El camino a la gratuidad de la educación comenzó y no se detendrá hasta que todo el mundo pueda optar a ella. Me gusta que pase eso porque los profesionales se van a multiplicar y, de ese modo, el país comenzará a crecer. Yo pagué muy caras las universidades de algunos de mis hijos y yo estudié sin pagar porque me acogí al beneficio Valech para los presos políticos. Este domingo el país se mueve, ahí en la Estación Mapocho, que se llenó de juventud ansiosa y un poco despistada buscando cómo encontrar un buen camino para ser mañana un gran profesional.
Me gusta lo que pasa y el gobierno subirá algunos puntos y la presidenta creo que también.
Hoy es un domingo con mucho calor y almorcé un plato de porotos con riendas y una taza de consomé.
Mi azúcar anda bien.