martes, 9 de febrero de 2016

026.- ME SUCEDE QUE A VECES

Me sucede que a veces viajo de un lado a otro y me encuentro con gentes que no quieren dialogar y optan por la agresión como herramienta para imponer sus ideas, pensares o sentires. Entonces hago la prueba y les digo algo, ni tan tremendo, pero que los saque de sus rutinas y por eso estoy a punto de ser fusilado varias veces y a cada rato. ¿Qué nos pasó? ¿Dónde se fue la poca humanidad que nos quedaba? ¿Nos quedará algo todavía como para recuperarla? A mí me parece que no éramos así. Sin embargo lo veo en todo el mundo. No hay nada más estresante que enfrentar la policía de inmigración cuando uno entra a otro país. Aunque uno lleve todos sus papeles al día el golpe de adrenalina es tremendo cuando te fotografían, te piden la huella digital, te miran como a un sospechoso de algo malo, etc. ¿Y qué me dices de lo que se siente cuando un carabinero te detiene en la carretera si vas manejando? Uno se pregunta ¿qué he hecho? y los nervios se tensan al máximo. Eso no está bien porque significa que estamos temerosos de quienes deben protegernos. ¿Cómo llegamos a esto? A lo mejor los jóvenes nacieron en un mundo así y lo encuentran de lo más normal, pero yo vengo de un mundo donde nadie le temía a la policía, como no fuera un delincuente, pero ahora los delincuentes son los que menos temen. ¿Cómo nos dimos esta vuelta de carnero? Recién acabo de poner una reja, de fierro, en la puerta del edificio donde vivo. Me resistí a hacerlo trece años, pero ahora que se robaron el medidor del agua y dejaron el chorro inundándolo todo no tuve más remedio que poner dicha reja que me hace parecer preso. ¿Será verdad que estoy preso sin haber cometido ningún delito? ¿Otra vez? Ayer vi a seis personas subirse sin pagar por la puerta de atrás de un bus colectivo. ¿No les dará vergüenza? Yo no me atrevería, de modo que parece que estoy destinado a desaparecer entre tanta barbaridad. Me sucede que a veces tengo unos ratitos desocupados y escribo en este blog donde las he vivido todas. Gracias, en todo caso, por leer hasta aquí, a lo mejor a ti te pasa lo mismo. ¿Qué hacemos? ¿Nos desaparecemos o luchamos por la supervivencia aunque tengamos que meternos por la puerta de atrás o aguantar una demanda por un quítame allá esas pajas? ¿Qué hacemos?