Me sucede que a veces son las diez de la mañana y hace mucho frío. El
invierno parece que quiere llegar y espero que lo haga para ver llover. Entonces
me sucede que pienso en aquellos que no tienen como protegerse del frío y de la
lluvia. Entonces me sucede que me da un poco de pena pero nada puedo hacer como
no sea sentir en el corazón un profundo amor por esa gente.
Me sucede, entonces, que me gustaría que todo fuera mágico y que el
mundo se pintara de colores para volver a salir a la calle a encontrarnos con
los otros niños y a jugar juegos inocentes y otros no tanto. Entonces me sucede
que me doy cuenta que he envejecido y que no soy un niño. (Me sucede, entonces
que me asusto).