Me sucede que
a veces el verano me parece demasiado largo y que el tiempo que la gente se
toma de vacaciones y se amontona a la orilla del mar es exagerado. Entonces
pienso que si yo me tomara un tiempo así no pensaría lo mismo, pero no estoy
seguro de que así sería. La ciudad igual se ve llena de gente y me sucede que
me doy cuenta que lo que faltan son automóviles atochando las calles. Me
sucede, entonces, que creo que la gente se fue a vivir a los autos y que las
casas sólo las usa para dormir algunas horas y que el resto del tiempo lo vive
en los colegios, las oficinas y las fábricas. Entonces a veces me sucede que me
doy cuenta que ya no nos juntamos con los vecinos a conversar de cosas
triviales y que no tenemos tiempo para vivir intentando conocernos un poco
mejor. Hoy, por ejemplo, me sucede que quisiera quedarme sentado intentando
comprender por qué, a la edad que tengo, no se me ocurre en qué ocupar el
tiempo y miro un libro sin leer y me sucede que no me atrae porque habla de un
mundo que no conozco y con el que no me identifico. Me sucede, entonces, que no
sé qué está pasando ni por qué.