Me sucede que a veces me duele la espalda y me siento muy viejo y luego
descubro que no es cierto y que todo se debe a una fuerza “mal hecha”. Después
me sucede que me doy cuenta que me estoy engañando y que el tiempo ya pasó y no
retrocede. Alguna vez hice Artes Marciales y me parece increíble aquello de los
combates con la Margarita que era una karateca espectacular y había que
esforzarse al máximo para no ser vapuleado sin contemplaciones. Entonces me
sucede que contemplo mis calzoncillos largos, que no se parecen al kimono del
Dojo, y me muevo lento porque Tai Chi sí puedo practicar y lo hago a diario,
entre suspiro y suspiro. Mi cabeza funciona bien y entonces me sucede que me
contento y me gusta que me leas ya que no puedo conversar contigo porque no sé
dónde estás. Tengo un tremendo libraco para leer y en eso estoy, aparte de mis
estudios en la universidad (no sé si te conté de eso) de modo que si termino la
carrera descubro que voy a tener como setenta y cuatro años. Me sucede entonces
que descubro que voy a tener que ejercer en el cielo, o en el infierno. Me
sucede que a veces me duele la espalda y me siento muy viejo y luego descubro
que no es cierto y que todo se debe a una fuerza “mal hecha” o a un mal
calentamiento previo antes del Tai Chi.