Hoy comienza el finde. Muchísima gente
sale de la capital porque se quiere escapar del smog y de las aglomeraciones.
Entonces se aglomera en la carretera y se demora, metido en su absurdo
cochecito, cuatro o cinco, o más horas en llegar a la playa, pero valió la
pena. Dos días tirado en la arena y luego el regreso en igualdad de condiciones
lo que lo deja listo para insertarse de nuevo en la vorágine capitalina. Sólo
que esta vez todos regresan bronceados, llenos de deudas, con un montón de
compromisos por pagar: patentes, colegios, impuestos, etc. Las casas comerciales no perdonan ni
detienen su juguera trituragentes y cobran igual. o con intereses si te
atrasaste. Pero esa es la parte fea porque hay también una parte linda, el
problema es que no la puedo encontrar.